lunes, 31 de octubre de 2016

HALLOBLOGWEEN: "Criaturas de la noche"





Por esta noche no callarán los lamentos, seguirán latiendo las paredes,  martilleando cada vez mas fuerte, estrechándose milímetro a milímetro hasta fundirse en un abrazo conmigo, ahogándome en una muerte dulce.
A oscuras, oigo una respiración justo detrás de mi nuca, el aliento me taladra, caliente y húmedo acaricia mi cuello acentuando la caricia hasta el límite de la agonía.
Al girar la cabeza,  la bestia al acecho de mi debilidad, derrama su semen agrio sobre mis hombros y chorrea pegajoso hasta mi pecho...
Mi disfraz de criatura de la noche no me cubre la verguenza y al final me delata mi adicción al cine porno.
Cuando se encienden las luces, como zombies, los viciosos, salimos a la calle escandalizando a "los normales".

jueves, 27 de octubre de 2016

La puerta de paso a un nuevo Jueves.




La puerta sin cerrojos dónde se guarda el tiempo, comparte con la carcoma un lugar de paso a mi niñez,
Los goznes chirrían cuando la empuja mi recuerdo, más como una caricia, pidiendo permiso para entrar.
Al otro lado, la guarida de los gatos callejeros, la perfección de la tela de araña como un laberinto sin salida, el sol inconcluso dibujado en la pared como un garabato torpe, los escalones del patio por dónde baja la lluvia de octubre,..
El verde roto a pinceladas antiguas y bajo el verde aún respira la madera de pino tallada por la garlopa del carpintero.
Mi padre era artesano de la madera, artesano de silencios, artesano de ilusiones, artesano de lo imposible. Por sus manos pasaba la vida transformándose.
De este lado, las arrugas en la piel, las luminarias de la cara oculta de la luna, la cábala incompleta, los peces de barro a contracorriente, la jaula de las estrellas fugaces, los besos de hierbabuena... Yo.
Entre el umbral y el dintel, la palabra.


jueves, 6 de octubre de 2016

Este jueves, homenajeamos a los profesionales de la medicina..

230.



Gracias a la vida

No sé quien movió los hilos esa noche, pequeño mío...
Catorce de mayo, 2013 en el Hospital Universitario Virgen Macarena, el personal de paritorio estaba pendiente de la única paciente que, primeriza,  llevaba horas masticando el dolor.
Incertidumbre y espera en los silenciosos pasillos.
Mientras, la matrona con sonrisa de ángel y el médico de turno esa madrugada, decidieron ayudarte a ver la luz, trazando un horizonte en el vientre de tu madre.
Una cesárea es la herida que con mas orgullo se lleva para no olvidar la hermosa batalla dónde se gana una nueva vida.
Fuiste la luz de aquel quirófano, el cómplice de toda la ternura de aquellos profesionales que te llenaron de caricias, de piropos, de buenos augurios....
Así fue, Alvaro, tu entrada al mundo.
Gracias a todos, hombres y mujeres que ponéis vuestros conocimientos y vuestro cariño al servicio de la humanidad.