jueves, 17 de octubre de 2013

Relato de jueves: Los celos




No sonaba el mar,  sólo se oía un lastimero  crujir de madera. 
Allí, en el cementerio de barcos,  el chirriar de sus cavilaciones  pasaba desapercibido.
Se acercó a la orilla sin ninguna prisa. Todo estaba hecho.
Las algas  tallaron con verdín  las mareas, mientras  
en el   turbio  espejo de agua  se reflejaba  la luna como  único testigo.
Hizo naves con sus cartas y las vio diluirse en la sal. El, se hundió después.
Que poco original, morir de amor.
Mejor así. Tenía celos del aire.





23 comentarios:

Anónimo dijo...

Morir de amor es mucho más romántico que morir de viejo o de una enfermedad. Es una entrada que transmite una tristeza infinita, un vacío inmenso. El mar lo llama y el no se resiste, porque ve en el abrazo del mar una liberación.
Gracias Rosa por acudir a mi propuesta.
Un fuerte abrazo.

censurasigloXXI dijo...

Ah, pa, pa, pa, pá.... ni de amor ni de nada, yo no quiero ser original ni romántica. Me quiero morir en paz, dormida y soñando con Shin Chan, por ejemplo :)))

Un besito, Rosa.

&& dijo...

Sólo espero que fuera porque su amor había partido de este mundo. Porque si es porque se largó con otro, pues oye, pelín de duelo y a pasarlo lo mejor posible.

Un beso

San dijo...

Pienso como Pepe, trasmite una tristeza infinita. Fuerte esos celos intensos, que envidian hasta el aire que la roza.
Bellisimo Rosa.
Un abrazo.

JACC dijo...

Prefiero creer que murió de amor, por extrañar a la persona amada, que por los celos. Me gustó mucho tu relato. Saludos

Lucía m.escribanoblogsport.com dijo...

Cuanto dolor puede albergar un corazón celoso! la vista se nubla y se deciden cosas desde la idea que encontraremos la calma.
Uffff Que difícil decisión la de tu personaje.
Besos rosa querida.

LAO dijo...

Un intenso relato de pena de amor Rosa!!

CARMEN ANDÚJAR dijo...

Si amar se convierte en obsesión , mal asunto, si se muere ese amor y no se acepta pasa lo que pasa.
Un abrazo

Juan L. Trujillo dijo...

Drástica decisión. En el amor también hay segundas oportunidades.
Se pueden perder las cartas, pero la vida , suele dar para mucho.
Un abrazo.

Unknown dijo...

Morir de amor es un desperdicio y casi una ofensa, por amor se llora o se sufre, pero uno se recupera, todos merecemos una segunda oportunidad. Besote

Matices dijo...

La clave de los celos se encierra en esa frase con que rematas tu relato "tener celos del aire", es la clave del amor que ciega y duele.
Que bonito escribes!!

Besos

Gaby* dijo...

Cuando los sentimientos son más fuertes que nosotros... se hacen duros de sobrellevar. Un relato triste, pero, con esa riqueza que tienes al contar.
Besos!
Gaby*

Loquita Diplomada dijo...

Tu relato despide esa tristeza de quien se rinde ante la imposibilidad de poder amar con libertad.
Un beso:
Jime

Charo dijo...

Mejor morir de amor que matar por amor.
Un beso

Sindel Avefénix dijo...

Una inmolación por amor o por celos poéticamente dicha. Me gustó mucho tu jueves Rosa.
Un beso.

Alfredo dijo...

Que realidad más disfrazada esa de tenerle celos al aire, porque la mayoría de las veces es eso...Aire.
Aún así, la muerte poética, es una transición de una vida a otra.
Besos

Mar dijo...

Entre morir de amor y matar por celos, mejor lo primero.

Que triste historia :(

bss.

Montserrat Sala dijo...

Precioso Rosa. Si ya lo digo yo. Que de desastre nada. De nada. Tus escritos rezuman armonia, fineza y calidad.

Muchos besos, bonita.

*L* dijo...

¡Hala! Vengo del blog de Teriri donde acabo de decirle que sospechaba que su personaje iba a suicidarse y llego aquí y me lo encuentro suicidado.

O___O

¡Cómo me gusta tu estilo escribiendo, Rosa! :)

Besossss.

Juan Carlos Celorio dijo...

Pues a mi me parece muy tierno. Me dió pena, pero parece que era lo mejor que podía ocurrir.
Besos.

Fabián Madrid dijo...

Adorable como siempre.
Un beso.

Auxi Gonzalce dijo...

Transmites un gran nostalgia, una gran desazón... El mar está lleno de tristezas, ahogadas en él por caminantes en pena...

Tracy dijo...

Mejor morir de amor que hacer morir al otro por celos.